Por qué el turismo es el verdadero músculo económico de México

Esta industria deja atrás, incluso, a la automotriz cuando se trata de crear empleos. Es un sector que beneficia a 9 millones de mexicanos y pueden ser muchos más.

El turismo es simplemente la industria más exitosa de este sexenio. Llámese devaluación, promoción intensiva, mayor oferta o mejores comunicaciones, una serie de factores internos y externos ha permitido un despegue sin precedentes en la captación de ingresos de la llamada “industria sin chimeneas”.

Es muy cierto: la industria automotriz alcanzó niveles históricos de producción y venta de vehículos en estos últimos años, y la actividad agropecuaria está rompiendo récords de exportación de mano, ante todo, de las hortalizas, pero el caso de la industria turística es extremo.

Los ingresos de divisas por viajeros internacionales pasaron de 12,700 millones de dólares (mdd) en 2012 a 19,600 mdd en 2016; no hay duda de que sobrepasará los 20,000 mdd este año. Punta a punta, estamos hablando de 60% de aumento. Tampoco hay duda de que el incremento dramático en los ingresos comenzó en los años mencionados, pues estos se habían mantenido estables desde principios de siglo, con una fuerte caída en 2009.

¿Qué está provocando este despegue? Es necesario que enumeremos diversos factores.

El factor económico y cambiario

El proceso devaluatorio que sufrió el peso ha sido, sin duda, una de las razones. El dólar en el mercado mayorista pasó de 12.13 pesos por dólar en abril de 2013 a un máximo de 20.83 pesos en enero pasado, en plena apoteosis de la volatilidad tras la elección estadounidense.

Esta caída de 70 por ciento necesariamente proporciona ventajas a la industria turística mexicana: un vuelo redondo desde Dallas hacia Los Cabos puede costar hoy 250 dólares; cuatro noches en hotel de lujo para dos personas 1,700 dólares, en un país con un ingreso promedio por hogar de 6,100 dólares mensuales. Para un estadounidense con interés en ahorrar, una comida completa en un restaurante común le significa entre 10 y 20 dólares.

Los turistas potenciales de las economías más desarrolladas, recién salidos de una época difícil (después de 2009), se encontraron con un destino turístico a precios inmejorables, en abierta campaña de promoción y diversificación, y con una oferta amplísima: nuestro querido México.

Promoción al exterior

En el año 2016 llegaron a México 94.6 millones de viajeros internacionales, de los cuales 35 millones son turistas (al quedarse por lo menos una noche a dormir). Los 60 millones restantes se conocen como excursionistas, pues no se alojan en hoteles de México. De estos últimos, 6 millones son viajantes de crucero.

El énfasis en los turistas resulta evidente al comparar ingresos. El primer grupo le aportó a México 17,600 de los 19,600 mdd totales. Es decir, apenas 2,000 mdd provienen de los visitantes que cruzan la frontera, pero no se quedan.

La Secretaría de Turismo también apoya una gran diversidad de esfuerzos para, como señala su titular, Enrique de la Madrid, relacionar la marca México con marcas internacionales de gran éxito.

Por ello, el esfuerzo para traer de nuevo la Fórmula 1 al país mediante el Gran Premio de México, pero también el Monday Night Football, la premiación del LatinAmerica’s 50 Best Restaurants, el IV Foro Mundial de la Gastronomía Mexicana en Guadalajara o la controvertida alianza con el Cirque du Soleil para producir Luzia, un show inspirado en México que rondará por el mundo los próximos siete años.

También el año pasado continuó una estrategia digital, llevando el Atlas Turístico de México a los teléfonos inteligentes, con el fin de poner a disposición del usuario información de más de 85 destinos, 111 Pueblos Mágicos, sitios arqueológicos, museos, galerías de arte, hoteles, restaurantes, agencias de viaje, casas de cambio, etc., ya en versión iOS y Android.

El fomento no es suficiente si los turistas no tienen mejores formas de llegar. Los recientes cambios a las regulaciones aéreas han traído más apertura de cielos al mercado mexicano, posibilitando la proliferación de vuelos directos entre ciudades mexicanas y del mundo, sin necesidad de pasar por los hub, como Dallas, Atlanta o el aeropuerto Benito Juárez.

Esta apertura de vuelos solo añadirá potencial crecimiento a la industria turística y acaso traerá una muy ansiada diversificación. En total, a finales de 2016 había un inventario de 436 vuelos internacionales; 27.6% más que el año anterior.

De los 17.5 millones de viajeros extranjeros que ingresan a México por vía aérea, 9.6 millones son estadounidenses (60%). Los canadienses, el segundo grupo en importancia, representan 10.7%, seguidos de los británicos, con 3.2%.

Ningún país asiático figura en los primeros lugares, situación absurda cuando se considera que para 2020 se estima que unos 200 millones de turistas chinos estén circulando por el mundo y gastando a manos llenas, según lo marcan los estudios. Si México tiene reservas en cuanto a una mayor apertura comercial con China, el panorama turístico es otra cosa: se vuelve casi obligatorio.

Viajemos todos

La danza de los millones de dólares a veces distrae los reflectores del otro gran protagonista de la industria: los más de 226 millones de turistas nacionales que pasearon por el país en 2016 y cuya cifra sigue en aumento.

El mexicano es también un excelente promotor de la diversificación de destinos, pues lo mismo busca sol y playa que sitios arqueológicos, hace turismo religioso y de aventura, o simplemente es aficionado a “pueblear” y a buscar la cocina típica del lugar.

Para apoyar a las empresas de menor tamaño, la Secretaría de Turismo también ha promovido el otorgamiento de crédito a través del Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) y de Nacional Financiera (Nafin); cuenta, además, con programas para remodelar hoteles y restaurantes con poco acceso. Toda inversión es buena: de los más de 62 millones de pasajeros de avión en 2016, 42 millones eran connacionales, casi 13.8% más que el año anterior.

Entre ambos, nacionales y extranjeros, dan empleo a más de 9 millones de personas, señala la propia Sectur. Nada menos que uno de cada cinco mexicanos ocupados trabaja en esta industria, que difícilmente está sujeta a riesgos de barreras proteccionistas. Lo que es más, tiende a beneficiarse cada vez que el presidente de Estados Unidos abre la boca.

Vía Alto Nivel


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