¿Trump ha desatado una guerra comercial en el mundo?

La cruzada de Trump contra las importaciones de acero y aluminio es el primer ataque y se espera la respuesta. El jefe de inversiones en mercados emergentes de UBS explica las consecuencias de este conflicto comercial.

¿Cuál es la probabilidad de que el mundo entre en una guerra comercial? Para Jorge Mariscal, jefe de Inversiones en Mercados Emergentes de UBS Wealth Management, es baja. Pero hace esta analogía para ilustrar el potencial del riesgo y los daños que puede causar un conflicto comercial en el orbe.

“Yo diría que la probabilidad de una guerra comercial a nivel global es del 20%. Pero si me dicen ‘tienes 20% de probabilidades de morir si te subes a este avión’, no me subo”, explica en entrevista con Alto Nivel el directivo del banco suizo.

El pasado jueves 8 de marzo, el presidente Donald Trump anunció que Estados Unidosimpondrá tarifas especiales de 25 por ciento a las importaciones de acero y de 10 por ciento al aluminio, pero dio una exención temporal a Canadá y México, principales vendedores de estas materias primas y sus socios en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

De este modo, el primer ataque de Trump va dirigido hacia China, productor del 49 por ciento del acero en el mundo, según estadísticas de la firma Worldsteel.

“Tendré derecho a subir o bajar (tarifas) dependiendo del país, y tendré derecho de sacar o agregar países”, dijo el mandatario en el anuncio oficial en la Casa Blanca”.

En días previos, Beijing ya había anunciado que tomará represalias ante estas imposiciones. “Una guerra comercial nunca ha sido la solución. Dañará a todos y seguramente China tendrá una respuesta justificada y necesaria”, advirtió el ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi.

México tiene retos externos e internos este año, como la renegociación del TLCAN y las elecciones presidenciales, pero una tercera amenaza que se cierne sobre el país y el mundo es la ola proteccionista de Trump, que puede verse tentado a aplicar más tarifas en otros productos, un ataque que las naciones tendrán que responder.

La peor consecuencia

En esta embestida, Trump va en solitario. El Partido Republicano rechazó las medidas proteccionistas del presidente y su asesor económico, Gary Cohn, renunció un día antes de que se anunciaran las tarifas al acero y aluminio chino.

La salida de su asesor económico de la Casa Blanca “es una pérdida muy grande de credibilidad, de reputación, no sólo por el tema de las tarifas”, dice Mariscal, quien conoció Gary Cohn cuando trabajó en Goldman Sachs y lo describe como alguien con gran capacidad. “Es muy sensato, balanceado, entiende a los mercados.”

La razón por la que los republicanos y expertos económicos no apoyen a Trump en esta cruzada es porque saben que, de seguir escalando las tensiones, habrá consecuencias desastrosas.

“Una guerra comercial es lo peor que puede pasar a nivel global, se reduce la actividad comercial y aumentan los precios, esos son los ingredientes de la estanflación, y eso nos lleva a que ningún activo funcione bien.  Las acciones se caen, los bonos caen y lo único que funciona es el oro y el efectivo”, explica el estratega de inversiones de UBS.

Mariscal agrega que no sólo es un conflicto entre las dos economías más grandes del mundo (Estados Unidos y China), sino los efectos colaterales que está causando, Canadá, Rusia y México, productores importantes de aluminio, también anunciaron que tomarían acciones. Y esto puede incentivar a Trump a aplicar más impuestos de entrada en otros productos.

“Estados Unidos no puede tener un superávit (comercial) con todos los países del mundo, pero Trump piensa que eso es posible. La verdad es que los países se especializan en ciertos bienes y servicios y tienen ventajas comparativas con otros”, comenta el directivo.

La batalla de México

El país mantiene su propia batalla con Estados unidos en la renegociación del TLCAN, un acuerdo importante no por el comercio per se, sino porque puso las reglas del juego entre sus tres integrantes.

“(El TLCAN) protege la propiedad intelectual, el capital de exportación, protege de la regulación excesiva. Sin el tratado se pierden ciertas garantías y eso hace más riesgoso invertir en México”, considera Jorge Mariscal.

En el escenario principal de UBS, el acuerdo no se rechaza, pero el mayor factor de estrés para los mercados es que las negociaciones no acaben este año.  “El riesgo para mí no es que se acabe el TLCAN, sino que la incertidumbre se prolongue un año más y que este año se sigan frenando proyectos de inversión y capital de portafolio.

Opiniones divididas sobre AMLO

El factor de riesgo más importante este año son las elecciones presidenciales, en las que el líder de izquierda, Andrés Manuel López Obrador, lidera las encuestas de preferencia de voto.

Si ganara López Obrador, México sería una “anomalía” en Latinoamérica, que ha rechazado el populismo en los últimos años, como Brasil, Argentina y Perú, comenta Mariscal.

Además, remarcó que hay tres grupos de inversionistas divididos por AMLO y su carrera  presidencial: el primero piensa que no ganará porque también fue puntero en las encuestas y perdió los comicios de 2006 y 2012; el segundo cree que, aunque gane, enfrentará un Congreso dividido que complicaría hacer cambios a las reformas estructurales; y el tercero es el que piensa que el candidato de Morena no es tan malo y se ha moderado en sus posiciones y está rodeado de asesores mesurados.

Pero advirtió que si el candidato mantiene su ventaja entre mayo y junio, los inversionistas que no creían en su victoria pondrían presión en los mercados y el tipo de cambio. Pero a estas alturas, el resultado de los comicios es de pronóstico reservado.

“No se sabe si se México optará por un modelo como el de Macron o Trudeau, un político joven (Anaya) o si el hartazgo es tanto que va a provocar un rechazo a los demás partidos y se van con López obrador”, especifica el experto de UBS.

Vía Alto Nivel


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