Está comprobado que para controlar tu cartera, la probabilidad de gastar billetes de alta denominación es mejor que si cargas con billetes menores o monedas, y esto se debe al efecto que causa en la memoria.
Si quieres controlar tu cartera, en lugar de meter cuatro billetes de 50 pesos asegúrate de llevar un billete de 200 pesos, está comprobado que la probabilidad de gastarlo es menor que si cargas “morralla” y esto se debe al efecto que causa en la memoria.
Diversas investigaciones apuntan a que los billetes grandes se consideran más prácticos y se ven más valiosos desde un punto de vista subjetivo, incitan al autocontrol y facilitan que regulemos el gasto por la percepción conocida como “efecto denominación”.
Priya Raghubir fue la creadora del término y entre sus investigaciones, seleccionó una muestra de estudiantes de una universidad en Estados Unidos, a unos les dio un dólar en billete y a otros les dio cuatro monedas de 25 centavos.
Casi 70 por ciento de quienes recibieron las monedas se lo gastaron en dulces porque le restaron valor subjetivamente.
Raghubir espera que su investigación pueda ayudar a los adictos a las compras que quieren reducir sus gastos. “Si retuvieran su dinero en billetes más grandes o convirtieran constantemente algunos de los más pequeños por denominaciones más grandes, sería menos probable que gastaran algunos de esos billetes más grandes”, dijo en una entrevista al publicar su libro ‘Efecto Denominación’.
Esta percepción cognitiva sobre el valor del dinero también tiene sesgos que hacen percibir una realidad diferente cuando se paga con tarjeta de crédito o con monedero electrónico o tarjeta de regalo, “ablanda el corazón” al decidir gastar.
En esta línea de investigación un profesor de la IESE Business School de España, junto con otros académicos de New York University y de Temple University, analizaron cómo influye en el gasto nuestra memoria y la percepción que tenemos del efectivo que llevamos encima y comprobaron que las personas preferimos recibir dinero en billetes y monedas de mayor valor para controlar mejor nuestro gasto, y eso se debe en parte a nuestra memoria.
En otras palabras, mientras sigamos usando efectivo, los billetes grandes nos ayudarán a ahorrar, mientras que los pequeños y las monedas, más numerosos, nos incitarán a gastar. Estas conclusiones de Priya Raghubir, han sido de utilidad para definir políticas monetarias en países. Si lo que se quiere es estimular la economía a través del consumo, podría plantearse aumentar los billetes pequeños en circulación.
Vía El Financiero