Préstamos demasiado buenos para ser verdad

Los fraudes financieros en México han aumentado en los últimos años. Empresas ficticias aprovechan la necesidad de las personas prometiendo cosas imposibles, para después robarles.

Los préstamos personales en México son un área vulnerable al delito desde hace tiempo, pues son mecanismos fáciles para las empresas financieras falsas que sacan ventaja de la necesidad de las personas.

Tan solo en el primer trimestre del 2016, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) reportó 1,606 casos en los que este tipo de empresas fraudulentas ofrecían préstamos con mínimos requisitos, intereses muy cercanos a cero, sin revisar buró de crédito, sin necesidad de aval y sin otras condiciones que les pudieran negar el crédito.

Sin duda la sencillez es un buen “gancho”, pero los clientes incautos ignoran que una vez que “está todo listo”, ellos mismos tienen que dar un pago por cuenta de honorarios y, en algunos casos, hasta por concepto de papelería. En otras ocasiones, se les pide firmar un contrato en el que, si no lees bien, te obligas a pagar estas cuotas aún sin asegurarte la liberación del préstamo.

Estas empresas ya están en la mira de la ley, pues representan una amenaza para la sociedad y para el esquema financiero de México, según señaló Mario di Costanzo, presidente de la Condusef, en una entrevista concedida al periódico Milenio. Lamentablemente, son entidades constituidas de tal manera que la jurisdicción de esta Comisión no puede hacer nada contra ellas, lo que equivale a decir que las leyes no están actualizadas para este tipo de situaciones.

Para evitar estos fraudes es importante que a la hora de solicitar un préstamo personal sigas algunas recomendaciones estratégicas:

  1. Lee bien el contrato antes de firmarlo. Los contratos que te otorgan este tipo de financieras no te garantizan la aprobación del préstamo, pero sí el pago de los honorarios y comisiones.
  2. No pueden pedirte ningún tipo de “adelanto” o cobro de comisiones por el hecho de solicitar el préstamo.
  3. Asegúrate de que la institución financiera a la que acudes esté registrada ante la Condusef en el Buró de Entidades Financieras, así podrás fiarte de que se trata de una empresa formal.

Desconfía de las cosas fáciles. No caigas en préstamos millonarios con requisitos mínimos Si el proceso fuera tan sencillo, ¡todos estaríamos económicamente muy bien!, ¿no crees?

Y por último te recomiendo que, si necesitas un préstamo, te fijes muy bien en cuál es la opción más barata respecto a los intereses, las comisiones o con mejores planes de pagos. Para eso hay diferentes maneras de comparar cuál préstamo te conviene más, desde acudir a las financieras directamente, hasta utilizar comparadores en línea privados o de la Condusef.

Nunca te olvides de este consejo: si algo es demasiado bueno para ser verdad, seguramente no es verdad.

Vía Forbes


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