En lo que va del año los energéticos han presionado a la inflación debido a las alzas en los precios de las gasolinas.
El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) presentó un ligero repunte en la primera quincena de agosto, la cual se midió con una nueva metodología y año base, indicó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En conferencia de prensa, Arturo Blancas, director general de Estadísticas Económicas del Inegi, informó que con la nueva metodología la inflación fue de 0.34% quincenal, con lo cual se ubicó en 4.81% anual. En la segunda quincena de julio, la variación de los precios fue de 4.77 por ciento.
Con el dato de agosto la inflación hiló 38 quincenas por arriba del objetivo del Banco de México (Banxico) de 3% +/-1 punto porcentual.
“Las nuevas características del índice tienen que ver con los cinco componentes que integran este proyecto, comenzando por la actualización de la canasta de bienes y servicios, periodo base, los ponderadores que tiene cada componente, el diseño estadístico y la cobertura geográfica (…) No tengo dudas de que este índice es una versión tope de gama para nuestro país”, refirió Julio Santaella, presidente del Inegi.
Refirió que la importancia de actualizar la metodología se debe a que, con el paso del tiempo, el índice tiende a subestimar la tasa de inflación porque se presentan una serie de fenómenos que no son capturados en la metodología, por ejemplo, la sustitución de bienes, cambios de los puntos de venta e introducción de nuevos productos.
Para el cálculo de agosto, la canasta pasó de estar conformada por 265 bienes y servicios a 299 componentes. Entre los nuevos genéricos están la leche de soya y otras leches; el té; lámparas; paquetería; servicios para mascotas, entre otros. Por otro lado, los calentadores de agua y la larga distancia nacional se eliminaron de la canasta.
“La canasta de bienes y servicios debe captar los patrones nuevos de consumo. De los 299 genéricos, 265 son los mismos de la canasta anterior, 10 son nuevos, dos desaparecen, nueve se desagregan en 19 y siete se fusionan en cinco”, explicó Arturo Blancas.
Asimismo, se agregaron nueve ciudades y ahora se podrá consultar la información por entidad federativa.
Energéticos, la presión
Al interior del índice se puede observar que el rubro de no subyacente presentó una variación en sus precios de 8.48% anual, con lo cual tuvo un mayor peso dentro de la inflación general.
Lo anterior, refirió Arturo Blancas, se debió al incremento de 13.51% que presentaron los energéticos y las tarifas autorizadas por el gobierno. Al interior de éstos, las tarifas presentaron una variación de 4.10% anual, mientras que los energéticos 18.71 por ciento.
Cabe destacar que en lo que va del año los energéticos han presionado a la inflación debido a las alzas que se han presentado en los precios de las gasolinas. Asimismo, hiló siete quincenas al alza.
Dentro del mismo rubro, los productos agropecuarios presentaron una inflación de 0.87% debido a la disminución de 0.83% de los precios de las frutas y verduras, así como el incremento de 1.63% en los costos de pecuarios.
En el rubro subyacente, las mercancías registraron una variación de 3.85% anual, en donde los alimentos, bebidas y tabaco avanzaron 4.49% mientras que las mercancías no alimenticias 3.32 por ciento.
Por su parte, el costo de los servicios se elevó 3.36% en los primeros 15 días, lo que se explicó por el aumento de 5.10% de las colegiaturas —por el regreso a clases, explicaron—, así como un incremento de 3.79% en otros servicios y 2.56% en los precios de vivienda.
Próximos cambios en el INPP
El presidente del Inegi refirió que el cambio en la metodología del INPC no va afectar la medición del Índice Nacional de Precios al Productor (INPP), del cual se conocerán los datos de agosto hasta el próximo 7 de septiembre.
Sin embargo, refirió que la metodología para medir la inflación que enfrentan los productores también sufrirá una modificación en un futuro.
Primer índice sin la tutela del Banxico: Santaella
“Corregimos el índice para no caer en la obsolescencia”
A Julio Santaella, presidente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), no le sorprendió la mayor inflación que se registró durante la primera quincena de agosto, la cual integra el nuevo año base, “pues —afirma—, no rompe los patrones o las tendencias de precios que se perciben cuando ves una dinámica de más largo plazo”. Incluso se ubicó por debajo de la media de la encuesta de Banamex.
Lo cierto es que lo que tiene más contento a Santaella es que se trata del primer Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) en el que el Inegi hace todo el cambio de año base, los anteriores los realizó bajo la responsabilidad y la tutela del Banco de México.
“El índice llegó al Inegi en el 2011 y en el 2013 hicimos un pequeño cambio, pero ahora, por primera vez lo hicimos nosotros de la A a la Z, y creo que tiene una serie de elementos que lo hacen un índice tope de gama para nuestro país”, dice en charla con El Economista.
No hacer este cambio hubiera dejado el INPC en la obsolescencia, porque es un hecho que los patrones de consumo cambian, refiere Santaella.
Explica que llevar a cabo el cambio les tomó tres años y poner en marcha todo un andamiaje institucional que incluyó acercamientos con el Consejo Consultivo Académico del instituto, así como con su Consejo Consultivo de Usuarios, a fin de tener el mejor índice.
Después de la primera consulta pública, en marzo del 2015, se revisó y afinó el cambio de patrones para llegar a la actual muestra con una representatividad nacional, con información por entidad federativa pero sin excluir la información de las ciudades.
También hubo que contratar cotizadores de precio en las nuevas ciudades y se abrieron algunos puntos de cotización con una muestra aleatoria, entre muchos otros cambios.
“El índice es representativo de un hogar en el país y (a la vez) nadie es representativo. Las personas tienen patrones diferentes de consumo y sus índices son diferentes. Eso es un reto que tenemos que abordar continuamente”.
¿Por qué cambiar el INPC?
En el diseño que tenemos en México, el INPC se construye a partir de una canasta de bienes y servicios que con el paso del tiempo se puede volver obsoleta.
Hace 10 años teníamos larga distancia nacional y ese ya no es un servicio que se tenga actualmente y tenemos que sacarlo del índice. Uno de los nuevos genéricos que entran es el transporte escolar, antes no estaba. La actualización se realiza para que el índice refleje verdaderamente los patrones de gasto de los hogares mexicanos.
Hay una razón todavía más importante que es que, si no corregimos la obsolescencia del índice que se va dando con el paso del tiempo, es muy probable que incurramos en un sesgo en la medición de la variación de los precios o, que en otras palabras, signifique que vayamos a estar sobreestimando los precios.
Hay varios estudios en otros países donde con el paso del tiempo, por no haber ajustado por calidad, por nuevos productos, por la sustitución que ocurre en los patrones de consumo, puedes tener esta sobrevaluación de la inflación de alrededor de 1 por ciento.
Por eso es que todos los países tienen que revisar su INPC con cierta regularidad. Algunos lo hacen cada año, otros cada tres, nosotros tenemos dos ciclos. Una revisión sencilla cada dos o tres años y una mayor, como es el caso de este índice.
Vía El Economista
23-08-2018