El resultado de la próxima contienda electoral en México podría cambiar la forma en que se hacen los negocios en el país, asegura Goldman Sachs en un reporte.
“El resultado y las implicaciones políticas de las elecciones del 1 de julio podrían provocar que los negocios no se hagan como de costumbre ya que probablemente cambiará el equilibrio general de poder político y se podría anunciar un cambio hasta ahora favorable a la inversión”, señala el documento.
El reporte de Goldman Sachs coincide con lo estimado en febrero con analistas de la entidad financiera Bx+, quienes dijeron que los inversionistas se preparaban para un cambio en el estatus quo en caso de que ganara la elección un partido de izquierda.
A esto se debe añadir que a nivel macro se percibe un crecimiento complejo y modesto, además de una producción de petróleo en declive, inflación elevada, altas tasas de interés, condiciones de crédito al consumidor más exigentes, bajo crecimiento de salarios, una relación desafiante con uno de sus principales socios comerciales -Estados Unidos- así como graves problemas de inseguridad y corrupción.
Sin embargo, lo anterior podría deberse a que los electores desean ver el progreso en situaciones de origen público como la inseguridad o la erradicación de la corrupción por encima de las propuestas económicas.
El candidato izquierdista, Andrés Manuel López Obrador ha usado esos temas en las precampañas al describe a sí mismo como decidido a poner fin a un largo ciclo de corrupción y violencia.
“Por lo tanto, en lugar de un referéndum sobre el estado de la economía o un deseo profundo de los votantes de una nueva economía paradigma, el debate electoral parece estar sesgado hacia cuestiones no económicas”, refiere Goldman Sachs.
LAS PREFERENCIAS
Golman Sachs se refiere a las últimas encuestas que se han hecho para medir la preferencia de los votantes en las que destaca el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador.
El reporte detalla que las razones que podrían hacer cambiar las preferencias de los votantes, hasta ahora lideradas por el candidato de Morena, sería un gran error en su campaña, o que su desempeño en los debates sea muy pobre.
La decisión por la persona que presidiría al país podría cerrarse a dos candidatos en la medida en que el aspirante por el PRI, José Antonio Meade, siga abajo en las preferencias.
“Los analistas políticos locales han estado señalando que si el candidato del PRI, José Antonio Meade permanece en el tercer lugar y se convierte en un candidato no competitivo, los altos funcionarios del PRI pueden preferir una victoria de AMLO sobre un presidente del PAN”, señala el reporte.
En este sentido, Goldman Sach dice que debido a la creciente enemistad entre el PRI y Ricardo Anaya, el PAN se arriesga a que se forme una alianza entre el PRI y Andrés Manuel.
AMLO está atrayendo votantes que anteriormente no estaban comprometidos y su base de apoyo está extendiéndose más allá de su territorio político original y natural, agrega el documento.
El avance de Andrés Manuel en las preferencias también se debe a la crisis que enfrenta el PRI: la impopularidad del presidente Enrique Peña Nieto, los casos de corrupción de exgobernadores del PRI y el aumento de la inseguridad.
“La apuesta del PRI por retener la presidencia y aferrarse a las gubernaturas se han visto obstaculizadas por la erosión de la popularidad del presidente Enrique Peña Nieto, y el creciente rechazo del PRI a nivel nacional”, señala.
Vía Expansión