Julia Astrid Suárez Reyna es una antropóloga que dedicó 11 años a buscar en los registros de la nación la vida pública de Juana Cata, una mujer importante para la economía del país, pero cuya memoria ha vivido hasta el presente bajo la sombra de prejuicios machistas.
Julia Astrid Suárez Reyna es una antropóloga que dedicó 11 años a buscar en los registros de la nación la vida pública de Juana Cata, una mujer importante para la economía del país, pero cuya memoria ha vivido hasta el presente bajo la sombra de prejuicios machistas.
A Juana Cata se le llamó bruja y amante del presidente Porfirio Díaz, incluso se llegó a escribir que el ferrocarril, uno de los proyectos emblemáticos durante el gobierno de Díaz, había sido construido por amor y para que pasara frente a la casa de la mujer que le robaba el sueño a don Porfirio
Sin embargo, la vida de esta istmeña fue muy diferente a todos los supuestos que la sociedad y que escritores, e incluso historiadores, crearon alrededor de ella, y que ya en su tiempo había aportado a la visibilización de la calidad productiva de México en países como Francia, España e Inglaterra.
Juana Cata Romero, quien nació en Tehuantepec y vivió de 1837 a 1915, por fin tendrá justicia y su historia será incluida en los libros de texto de educación pública gracias a la investigación de Julia Astrid.
¿Cómo nació la idea de investigar a Juana Cata?
Soy antropóloga, mujer y tehuana también, nací en Tehuantepec y evidentemente desde niña escuchaba las historias de este personaje tan grande y tan especial, pero sobre todo porque fue un personaje que estuvo rodeada de mitos, en especial de escritores conocidos de la vida nacional que sólo la reducían al papel de amante o bruja, y yo me dije que había que investigar qué había detrás de eso.
¿Qué se decía de Juana Cata?
En una novela histórica que pasó en televisión se le atribuían dotes de hechicera, pero ella no tenía los dotes de otra oaxaqueña como lo fue María Sabina, son personas totalmente diferentes y de otra época.
¿Cuáles fueron los hallazgos de tu investigación documental?
Yo descubrí que en el ámbito internacional y nacional apenas estamos vislumbrando a las mujeres que contribuyeron a la historia del país y del mundo. Yo veo que la historia tiene una visión machista en México. Pero las mujeres están registradas, están en los archivos. Tuve seis fuentes, los archivos eclesiásticos de Tehuantepec, de la capital de Oaxaca y de San Cristóbal de las Casas, la hemeroteca de la UNAM, los archivos de la nación, los archivos de guerra, los archivos de la Casa Jurídica en Oaxaca y los archivos notariales. Esto me permitió armar la figura de Juana Cata en distintas facetas.
¿Quién fue verdaderamente?
Doña Juana era un personaje asociado a la Iglesia porque era un vínculo entre la Iglesia y la sociedad, en 1891 el papa León XIII pide a las personas con más recursos económicos hacer buenas obras, lo que ahora llamamos responsables socialmente; Juana Cata era la diplomática, la política, la empresaria y la que influye en la educación. Obviamente no tuvo un cargo, pero ella lo ejerció siendo empresaria.
¿Cuál era el contexto histórico?
A finales del siglo XIX en México llega la industria y el producto más importante que aportaba al PIB en México era el azúcar y lo que movía al mundo era el azúcar también, Juana Cata era una industriosa del azúcar, además antes había aportado a la causa republicana de Juárez. Si en la primera independencia tenemos a Josefa Ortíz de Domínguez, en la intervención francesa que se da en 1863 a 1867 tenemos un personaje valioso que es Juana Cata y Margarita Maza de Juárez, dos oaxaqueñas que contribuyeron a la restauración de la República. Y mientras aporta para frenar la intervención francesa Juana Cata se dedica a crear su industria del azúcar, no se queda como una heroína sino trasciende, pero además lo hace tan bien, que a nivel internacional, en las exposiciones universales que empezaron en 1850 en Londres y que mostraban toda la cultura, en 1904 esta mujer gana plata en calidad de azúcar por encima de Cuba y en 1908 se lleva la medalla de oro.
¿Cuál era su relación con Porfirio Díaz?
En 1907 en Tehuantepec, Oaxaca, hay crónicas periodísticas que describen cuando Porfirio Díaz inaugura el tramo del ferrocarril de Salina Cruz a Coatzacoalcos, y ahí se tendría que estudiar a Porfirio Díaz desde una perspectiva feminista, pues le reconoce públicamente a doña Juana Cata sus aportaciones de guerra durante la intervención francesa y esto lo hace frente a ocho ministros de Estado entre los que destacan Inglaterra, Japón y Alemania.
Se vislumbró para el istmo un desarrollo en la geopolítica del comercio internacional y que habría que intensificar la capacitación y Juana Cata le apuesta a la educación. En 1906 ya había instaurado los colegios de educación marista (traídos de Francia) en el istmo de Tehuantepec, y la escuela de la Congregación de las Josefinas, para las mujeres, porque nunca se olvida de las mujeres y cuya escuela todavía prevalece con una edad de 103 años.
¿Qué harán con la investigación?.
En febrero, el Congreso de Oaxaca aprobó la iniciativa de ley para que Juana Cata aparezca en todos los libros de texto del país, para que yo haga dos o tres páginas con base en mi investigación. Es un proceso entre el IEEPO y la SEP para que el año que entra todos los niños y jóvenes sepan quién fue este fabuloso personaje.
Vía El Universal