Se comienza a mostrar el declive poblacional que registrará el país, junto con el envejecimiento de su población; el bono demográfico será historia.
Pese al problema de falta de empleo que existe en México, un alto porcentaje de quienes están en edad de trabajar lo hacen, de modo que superan como nunca antes a los que no pueden o no deben trabajar; el desempleo en el país es elevado.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2018, publicada ayer por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el país por cada 100 personas que trabajan 60 más son dependientes, no desempleados sino dependientes. Esta es la lectura más baja desde que se lleva a cabo dicha encuesta, en el año 1976.
Lo que nos dice la encuesta es que la gente trata de ocuparse en algo, seguramente mucho tiene que ver el sector informal de la economía, que como hemos señalado, es la válvula de escape laboral.
Sin embargo, la tendencia comienza a mostrar un declive en el mercado laboral por el bono demográfico del país.
Diferencia entre desempleado y dependiente
La medida que proporciona el INEGI en este análisis es el de las personas dependientes que existen en México, no las que están desempleadas y por lo tanto desocupadas. Una persona dependiente es aquella que no puede entrar a la fuerza laboral principalmente por la edad, o bien la que ya ha salido de la fuerza laboral también por la misma causa.
Es decir, los ciudadanos de 0 a 15 años se consideran dentro de la población dependiente ya que la restricción legal les impide trabajar y por lo tanto no están considerados, salvo algunas excepciones.
También en este rubro se considera a los ciudadanos de 60 años o más, que ya se han retirado de la vida laboral, sobre todo porque no encuentran oportunidades de trabajo, en estos casos una pensión podría ser la solución, pero desafortunadamente muchas personas no reúnen los requisitos necesarios para acceder a la misma.
En cambio, un desempleado es aquel individuo que se encuentra en la masa poblacional que tiene una edad de entre 16 y 59 años, considerada la mayor edad productiva del ser humano, pero que en este caso se ubica en el desempleo.
Declive paulatino
La encuesta, levantada el año pasado, tiene la particularidad de que marca el inicio, muy tenuemente, pero en una tendencia, del declive poblacional que registrará el país en las siguientes décadas, junto con el envejecimiento de su población; es decir, el bono demográfico será historia para entonces.
La parte más dura de este proceso que es inevitable, se presentará dentro de dos o tres décadas, pero ya inició. Por ejemplo, ya se observa un modesto declive de la población que se ubica entre 15 y 19 años de edad, lo mismo para jóvenes de entre 25 y 29 años, por mencionar algunos.
En cambio, ha tomado mayor velocidad el crecimiento de ciudadanos que tienen 50 años o más; repetimos, se trata de cifras modestas, que podrían ser interpretadas de otra manera, pero se refieren solamente a la dinámica poblacional, por eso el nombre de la encuesta.
Algunas implicaciones
Quizás la mayor implicación de este desempeño poblacional del país, incipiente pero ya presente, es la insuficiencia de los recursos para otorgar pensión a todos los que lo soliciten tenga derecho o no, ya tenemos los primeros problemas con algunas universidades e institutos estatales y federales, pero es solamente la punta del iceberg. Esta implicación podría explicar por sí misma dentro de algunos años lo que puede suceder con la economía nacional si no se toman medidas que pide a gritos la dinámica poblacional del país.
Vía Alto Nivel