El director general de Emisión del Banco de México (Banxico), Alejandro Alegre Rabiela, descarta que la puesta en circulación de la nueva familia de billetes que inicia esta semana y se extenderá hasta el 2022 signifique una desalineación del banco central con el proyecto del nuevo gobierno de reducir el manejo de efectivo.
“Yo, como director de Emisión, no he tenido acceso a plan alguno al que refirió el señor Alfonso Romo (próximo jefe de Oficina de la Presidencia), y supongo que tampoco el banco central. No hay manera de que opine sobre información que sólo ha sido esbozada por la nueva administración”, consigna.
Enfatiza que la emisión de la nueva familia de billetes fue aprobada por la Junta de Gobierno del Banco de México hace poco más de cinco años, en el 2013.
“Se trata de un proyecto multianual cuya planeación se extiende de aquí al 2022, fecha en la que estará disponible el nuevo billete de 50 pesos”, el último de la serie, afirma entrevistado por El Economista.
Refiere que hay que tener en cuenta que el banco central pone a disposición de los usuarios distintos medios de pago, sean electrónicos, a través del Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios (SPEI) o en efectivo, de manera que elijan el que requieran para realizar sus transacciones.
En la actualidad, el funcionario conoce poco más de tres o cuatro países que tienen proyectos concretos para tratar de reducir el manejo de efectivo, como Suecia.
Explica que el Banco Central Europeo decidió desde el 2016 cesar la producción y la emisión del billete de 500 euros, luego de someterlo a análisis. No obstante, sigue siendo de curso legal.
La semana pasada, el próximo jefe de la Oficina de la Presidencia explicó que para combatir la corrupción y atraer personas a la economía formal, una de las prioridades de la nueva administración será eliminar el manejo de efectivo.
El gobernador del Banxico, Alejandro Díaz de León, explicó en la conferencia de prensa para presentar el Informe Trimestral, que para inferir en proyecciones sobre el impacto de los planes de la nueva administración en materia de política económica, tienen que conocer programas claros y concretos, y que aun cuando dan seguimiento a la información que van generando en este proceso de transición, en el banco central esperaran a que maduren y se concreten las directrices del gobierno entrante.
Vía El Economista
30-08-2018