El bajo crecimiento económico no es un aliciente, por el contrario, suele ser la antesala para una recesión en el mundo y en México.
El recientemente nombrado secretario de Hacienda, Arturo Herrera, dijo que México se encuentra lejos, muy lejos, de una recesión. Es importante saber al respecto si en efecto nuestro país observará muy de lejos alguna recesión, para ello es conveniente ver más de cerca las cifras, especialmente lo referente a tendencias y proyecciones, para saber si el país tendría que dejar de preocuparse por un periodo recesivo en su economía.
Como sabemos, técnicamente una recesión se define como el decrecimiento de la actividad económica durante un periodo de tiempo. Oficialmente se considera que existe recesión cuando la tasa de variación anual del Producto Interno Bruto (PIB) es negativa durante dos trimestres consecutivos. Vale la pena señalar que el PIB de México tuvo un comportamiento negativo, de menos 0.2%, en el primer trimestre del año; bajo dicho argumento bastaría con que el segundo trimestre del año (abril-junio) también fuera negativo, para que nuestro país registrara recesión económica.
Bajo crecimiento, el primer paso rumbo a una recesión
La economía de México y del mundo entero están atrapadas en una trampa de crecimiento, no crecen a la velocidad requerida, aunque incluso en este sentido existen diferencias ya que algunas crecen más que otras, lamentablemente México se ubica entre las que menos crecen y crecerán, supera a importantes naciones emergentes como Polonia, Rusia, Sudáfrica e incluso Brasil, pero es superado por Turquía, la India o Indonesia, y desde luego China.
Sin embargo, vale la pena señalar que si consideramos estrictamente las tasas de crecimiento México supera a las naciones señaladas previamente y muchas más, pero no es válido para medir los ingresos per cápita, que son una medición más certera de bonanza y riqueza en un país, en ese sentido, aunque nuestro país superará este año y el siguiente a países como Corea del Sur, los niveles de bienestar no son comparables.
Históricamente los periodos recesivos en México y en casi todo el mundo son consecuencia de un periodo de bajo crecimiento económico, salvo las crisis abruptas que se desatan por un desajuste mayúsculo, fue el caso de la crisis subprime de 2007 que tomó por sorpresa la trayectoria del PIB que registraba hasta ese entonces el PIB estadounidense. También México tuvo un proceso similar con la crisis de 1994 cuando su PIB crecía a una tasa de 4 por ciento antes de que la traumática devaluación del peso colapsara a la economía.
Sin embargo, la otra cara de la historia en nuestro país es el periodo de la llamada “década perdida”,cuando los bajos crecimientos siempre eran el preludio de un proceso recesivo que registró la economía mexicana en esa época. Sin más, efectivamente las cifras y proyecciones de casas de análisis serias indican que la economía de México no entrará en recesión, pero tampoco estará muy lejos, de hecho, está peligrosamente cerca si se considera que la incertidumbre financiera abre las puertas a un cada vez menor crecimiento.
Esto dicen las proyecciones
De acuerdo con proyecciones del banco de inversión inglés Barclays, en el segundo trimestre de este año México recuperaría la trayectoria de crecimiento a un nivel aproximado de 1.2%, luego de caer en el primer periodo como lo señalamos previamente. Sin embargo, la mala noticia es que el tercer trimestre (este que está en curso), volvería a ser negativo con una tasa de menos 1.2%, mientras que el crecimiento del tercer periodo trimestral de este año sería de apenas 0.8%.
Si estas cifras se cristalizan ya sea décimas arriba o abajo, es una muy mala noticia por donde se vea; haber registrado en un año calendario dos trimestres negativos y dos periodos de magro crecimiento económico no son para estar tranquilo; México no caerá en recesión, pero tampoco está muy lejos, por el contrario, la recesión pasa cada vez más cerca.
El problema es mundial
No es noticia, pero no podemos dejar de señalar que el bajo crecimiento económico es un problema mundial; es relevante porque México no puede aislarse por más esfuerzos que se hagan en lo interno, el bajo crecimiento económico también se importa en estos tiempos de globalización.
La Unión Europea con su motor alemán, Estados Unidos, Europa Oriental, Sur de América y China, tienen tasas de crecimiento más bajas respecto a otros años. En este contexto, se requiere un auténtico milagro económico para sacudirse la influencia del exterior, ese milagro que en efecto sucedió hace 60 años, pero bajo un contexto muy distinto.
Vía Alto Nivel