Digitalización, bancarización, aumentar los créditos y aprovechar la tecnología para entregar ofertas acordes a los clientes son los retos de la banca.
Desde la crisis de 1995, la banca mexicana se ha fortalecido. Hoy existe una mejor regulación y mejores prácticas, las cuales son competitivas a nivel global. Esto ha ayudado a desarrollar un sistema estable y sólido en materia de capital.
Otra característica de la banca actual es que existen más depósitos que créditos; es decir, los depósitos son suficientes para fondear los créditos y para afrontar los compromisos en términos de liquidez. La tarea pendiente es penetrar en los créditos bancarios.
“Cuando se mide la penetración de los créditos con relación al PIB, estamos muy lejos de los países desarrollados. En el gobierno anterior creció el crédito y las tasas se mantuvieron estables, pero aún falta mucho por colocar”, reconoce Gustavo Méndez Narváez, socio líder para la industria de servicios financieros en Deloitte México.
La digitalización y la bancarización son otros retos de la banca mexicana. De acuerdo con el experto de Deloitte, las tecnologías digitales presentan una gran oportunidad para atraer al mercado informal.
“Es muy difícil que los bancos asuman el riesgo de un mercado que no entienden, pero las tecnologías digitales pueden ayudarlos. El Cobro Digital (CoDI) es una forma de pago a través de códigos QR y tecnología NFC, que permitirá pagar desde el teléfono”. Es una iniciativa del Banco de México que los bancos comenzarán a instrumentar este año.
Los beneficios para el consumidor serán operaciones sencillas e inmediatas, control de cuentas y baja probabilidad de fraude. Los comercios no pagarán comisiones altas, se eliminarán tiempos de espera para liquidación de operaciones y los procesos de aclaración serán rápidos.
Con el CoDi, además, se eliminará el uso de efectivo, lo que generará ahorros en el transporte de dinero. Y, más adelante, toda la información generada en el sistema podrá convertirse en datos relevantes para que los bancos puedan entregar ofertas específicas a sus clientes.
El reto es aprovechar las tecnologías digitales para diseñar ofertas específicas, acordes al ciclo de vida del cliente. “Hay bancos que han avanzado en el tema, pero falta mucho por hacer. Otro reto es el crimen financiero, como el lavado de dinero, la corrupción y los delitos cibernéticos. Los bancos han invertido mucho en estructuras y áreas para controlar y disminuir los delitos. Pero las instituciones bancarias están siendo eficaces, mas no eficientes. Tienen que aprovechar más la tecnología y proteger sus datos y los de sus clientes”.
En Deloitte México hay dos áreas de servicio que pueden ayudar a los bancos a resolver estas problemáticas: una se refiere a la parte digital y de negocio, y otra se deriva de los riesgos y protección de datos. La firma de servicios profesionales asesora a los bancos en los modelos de negocio y en el uso de tecnología, pero también en la forma de proteger y cuidar su información para que sus operaciones sean seguras.
Méndez Narváez dice que adoptan las mejores prácticas y servicios de sus clientes e industrias en todo el mundo y los traen a México.
“Traemos todo el conocimiento global y lo complementamos con la experiencia local. Aplicamos el eslogan: ‘Piensa global; actúa local’. Además, parte de nuestro trabajo es ayudar a los clientes a entender las oportunidades que existen y a que cambien la mentalidad de escepticismo que a veces existe sobre el tema digital. He tenido la oportunidad de ver lo que se hace en otros países. En otras economías, la firma está ayudando a bancos y aseguradoras a mover todos sus datos a la nube, lo que resulta más barato y rápido.
“Una vez que los datos están en un solo lugar, se agregan datos no estructurados, como los sentimientos del cliente o sus interacciones en redes sociales. Así se logra tener una visión del cliente más completa. Y, después, con las nuevas tecnologías, como machine learning, se puede entregar al cliente ofertas de acuerdo con su ciclo de vida (etapa de inversión o de retiro, por ejemplo) y no por producto, como todavía se hace. ¡Imagina todo el dinero que se pierde por empujar productos que no se venden! Ahora las ofertas podrán ser más dirigidas; esa es la gran ventaja que nos da ahora la información”.
Tasas de interés
En cuanto a las tasas de interés, después de la crisis de 2008 hubo un exceso de liquidez que permitió tasas de interés bajas, de alrededor del 3%. Hoy, la TIIE (tasa de interés interbancaria de equilibrio) está por arriba del 8%. Esta alza podría inhibir la demanda de créditos; una empresa paga hoy el doble de intereses que hace un par de años.
El año pasado, el crédito otorgado a la banca empresarial creció de manera importante, sobre todo porque muchas empresas cambiaron sus financiamientos en Estados Unidos (en dólares) por financiamientos en México, además de un aprovisionamiento de liquidez en las tesorerías de las empresas.
“Ahora las empresas están esperando a que se defina el panorama económico, para generar nuevos proyectos. Las emisiones de deuda que han salido a Bolsa en el último trimestre del año pasado y el primer trimestre de este han sido contadas; no solo por las altas tasas de interés, sino porque están atentos al desarrollo de la economía con el nuevo gobierno. Sin embargo, la mayoría de la gente tiene una percepción positiva de la nueva administración. El reto es lograr que esa percepción se refleje en el consumo”, dice el entrevistado.
Para pasar del wait and see a la acción, el gobierno podría crear estímulos que fomenten la inversión, como los estímulos fiscales que instrumentó el gobierno de Donald Trump en su país y que ayudaron a acelerar la economía y el crecimiento de sectores, como la banca.
Vía Alto Nivel