México está metido en una “trampa” de la que no se espera que pueda salir pronto, mientras el resto de las economías podría superar su crecimiento
México se aleja cada vez más no solamente de un crecimiento económico ideal, sino del promedio que se registra en el mundo. El país se encuentra atrapado en una era de bajo crecimiento del que no se observa que vaya a salir pronto, lejos de aquella etapa dorada del desarrollo estabilizador que tanto se añora.
De acuerdo con las expectativas oficiales del Producto Interno Bruto (PIB), publicadas ayer por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en los PreCriterios Generales de Política Económica para 2020, nuestro país crecerá este año un máximo de 2.4 por ciento y un mínimo de 1.4 por ciento; los especialistas se inclinan más por el crecimiento cercano a la parte baja de la expectativa oficial, es decir, más cerca de 1.4 por ciento que de 2.4 por ciento.
Según las expectativas de organismos mundiales, el crecimiento económico global también es bajo y lento, pero existen países y regiones que crecerán incluso por debajo del promedio, lo que es desde luego una mala noticia, México es uno de ellos.
El promedio global del PIB para este 2019 se ubicará en 3.5 por ciento, de acuerdo con la expectativa más reciente del Fondo Monetario Internacional (FMI), tasa que resulta inferior al 3.7 por ciento que se reportó en el año previo. Considerando que la economía mexicana alcanzara el PIB máximo estimado por las autoridades hacendarias, de 2.4 por ciento, el país tendría un crecimiento inferior de más de uno por ciento respecto al promedio global, lo que significa a todas luces un desempeño negativo.
La expectativa relativa a Estados Unidos apunta a que la economía más grande del mundo tendrá un PIB en 2019 de 2.5 por ciento, abajo del 2.9 por ciento que registrará en 2018; visto solamente en el comparativo numérico y asumiendo que el PIB mexicano fuera de 2.4 por ciento para este año, podríamos señalar que la economía de nuestro país crecería prácticamente lo mismo que la de Estados Unidos, apenas una centésima menos.
Pero, definitivamente no es lo mismo; en términos económicos entre países no podemos comparar un crecimiento de 2.5 por ciento para la economía de Estados Unidos con uno de 2.4 por ciento para la de México. Nuestro país necesitaría crecer mucho más, muchísimo más, en realidad la tasa de crecimiento del PIB mexicano respecto a su principal socio comercial debería ser al menos del triple para que pudiera equipararse el efecto que tiene sobre toda la actividad económica.
Para las economías emergentes y en desarrollo el promedio del PIB para 2019 se ubica en 4.5 por ciento, de acuerdo con el FMI, es decir, abajo del 4.6 por ciento que se registró un año antes. Nuevamente asumiendo que el PIB de México creciera un máximo de 2.4 por ciento de acuerdo con la expectativa oficial, quedaría más de 2 puntos abajo del promedio de economías similares, lo que significa que el país ni siquiera es capaz en este momento de ubicar su PIB en el promedio del segmento económico mundial al que pertenece.
En el comparativo del PIB mexicano esperado para este año, considerando la expectativa máxima oficial, contra la de Latinoamérica, el de nuestro país sería superior, pero no por mucho. El crecimiento esperado por el FMI en 2019 para la región sería de 2.0 por ciento, mientras que el PIB máximo de México sería de 2.4 por ciento. Un aparente crecimiento superior al de la región que en los hechos no es ningún consuelo, sobre todo porque muchas economías están verdaderamente devastadas, caso de Venezuela con la inflación más elevada del mundo.
En el caso de los llamados Tigres asiáticos, economías de ese continente que están catalogadas como emergentes, pero que tiene un amplio potencial de crecimiento, el FMI espera para este 2019 un PIB promedio de 6.3 por ciento, también inferior al 6.5 por ciento de un año antes. Definitivamente nada que hacer en materia de crecimiento para México, su PIB máximo esperado de 2.4 por ciento palidece ante las tasas que se esperan en otras partes del mundo, sin considerar que este crecimiento ya de por sí es bajo para estas regiones.
México y su economía tienen un gran reto, salir de la trampa de crecimiento en la que se encuentra; por el momento luce muy complicado, las señales que manda la economía dicen que se necesitará no solamente de una política económica adecuada, sino de tiempo, mucho tiempo, para que podamos ver tasas del PIB como las del desarrollo estabilizador.
Vía Alto Nivel