Los elevados niveles de deuda de las principales economías del mundo ya hacen mella en el crecimiento económico. Como indica el FMI, el enorme agujero de deuda mundial representa uno de los mayores riesgos para la economía global, la cual está sufriendo continuamente nuevos reajustes en las perspectivas debido a la falta de actuación por parte de los gobiernos.
Y es que, la deuda pública ya supera el 300% el del Producto Interior Bruto mundial, una escalofriante cifra que ha lastrado la perspectiva que el organismo presidido por Christine Lagarde auguraba para la economía.
Pese a esto, como digo, los Gobiernos siguen impasibles ante estos riesgos, pues muy pocos están llevando a cabo nuevos planes presupuestarios donde los reajustes de deuda sean lo suficientemente ambiciosos como para reducir riesgos. En el caso de las dos economías líderes a nivel mundial, China y Estados Unidos, estas también son dos de las economías más endeudadas del mundo, pues pese a su expansión económica, los niveles de deuda tampoco han dejado de incrementarse.
Un riesgo bastante importante, pues ante un contexto donde el comercio global, como motor de desarrollo económico, se ve cada vez más amenazado por unas tensiones comerciales que amenazan con desembocar en una guerra comercial, la deuda podría significar el detonante que marque el rumbo a los países, pues no podemos obviar los grandes problemas de refinanciación, así como de vulnerabilidad presupuestaria, que conlleva poseer semejantes niveles de endeudamiento público. Además, con el pesimista pronóstico de una nueva recesión que amenaza para el 2020.
En el caso de Estados Unidos, para el presidente Donald Trump, el déficit más importante y el prioritario para el sigue siendo el déficit comercial, por lo que sigue en tensiones con China con el único fin de ganarle terreno en el comercio global. En el caso de China es similar, pues la aplicación de políticas expansivas por parte del Gobierno está incrementando su deuda constantemente y, pese a que el Gobierno asiático haya empezado a tomar conciencia de la necesidad de un reajuste, esta no cesa de crecer.
Como indicaba el Fondo Monetario Internacional, estos elevados niveles de deuda podrían poner contra las cuerdas a la economía mundial. Una economía mundial que ha pasado de unos pronósticos de crecimiento del 3,9% al 3,7%, eso sí, advirtiendo de posibles nuevas rebajas en los pronósticos en función de la evolución del escenario económico y político que se presente, pues según el organismo, se avecinan tormentas en la economía.
Como cabeza del Foro de Responsabilidad Presupuestaria, creo que los gobiernos están realizando una malísima actuación al no programar nuevos reajustes de deuda más ambiciosos en sus políticas, pues en lugar de aplicar restricciones al crecimiento económico, debería tratarse la posibilidad de prolongar el que estamos viviendo actualmente, retardando así una nueva recesión y, por otro lado, eliminando riesgos y vulnerabilidad para los países con reajustes de deuda que reduzcan los déficits nacionales.
En conclusión, estamos en un momento donde la expansión económica es prácticamente generalizada. Ante semejante desarrollo económico global, no utilizar el incremento para afrontar nuevos reajustes de deuda que, no solo prolonguen la expansión económica global, sino que, a su vez, reduzcan los riesgos que amenazan al crecimiento global y salvaguarden los intereses y la seguridad económica del país, es una verdadera irresponsabilidad. Por ello, la responsabilidad presupuestaria debe tomar mayor relevancia para los países, pues de no ser así, estamos ante uno de los mayores riesgos económicos a nivel global.
Vía Forbes
3-11-2018