Como emprendedor debes pensar en el capital como el combustible que mantiene a tu negocio funcionando, así que no puedes quemar todo tu combustible en los primeros meses de vida, tienes que encontrar la manera de hacerlo rendir. Para lograrlo, implementa acciones que te ayuden a administrar lo mejor posible tu capital.
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Autofinanciamiento antes que créditos
Utiliza sólo lo que tienes, administra bien tus recursos entrantes y no tendrás que lidiar con una aplastante deuda generada por créditos o financiamientos.
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Elabora un presupuesto financiero
Una proyección de los ingresos y egresos de tu negocio, te servirá como una guía para la toma de decisiones. Toma en cuenta tres tipos de escenarios diferentes: ventas altas, moderadas y bajas, así estarás preparado para los posibles riesgos que puedan surgir.
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Fija tus objetivos
Para no desperdiciar tu capital, necesitas saber exactamente hacia dónde te diriges. Plantea objetivos a corto, mediano y largo plazo, además desglosa los objetivos generales en pequeñas metas o pasos que te ayuden a alcanzarlos. Una vez que tienes bien definidos tus objetivos, desarrolla un plan para conseguirlos y apégate a él.
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Monitorea tus entradas y salidas de dinero
Para mantener en orden tu capital, es necesario que estés enterado de cuánto dinero entra y sale de tu negocio. Monitorea todas estas acciones y sobre todo regístralas, no importa que tan pequeña sea, si la tienes registrada sabrás exactamente hacia donde va tu capital. Recuerda que las utilidades se presentan sólo cuando se han cubierto todas las salidas de dinero, como costos, gastos de operación e inversiones.
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Gasta sólo lo necesario
Al iniciar un negocio, enfócate en conseguir clientes y cerrar ventas, busca instalaciones y equipo que sea funcional, e infórmate de las deducciones fiscales que podrían ayudarte a reducir tu factura de impuestos. No gastes antes de comenzar tener utilidades.
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Reconoce cuando debes invertir un poco más
Para generar ingresos es necesario hacer ciertas inversiones: Viajar para contactar con un cliente potencial, invertir dinero para desarrollar un nuevo producto, o en marketing para atraer a las personas a tu negocio, entre otras. Es cuestión de saber discernir y elegir las inversiones que te traerán un beneficio mayor.
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Pon atención a tus recursos humanos
Tus empleados y colaboradores son el motor de tu empresa, préstales mucha atención. Determina cuál es el personal que cuenta con las habilidades y capacidades adecuadas para cubrir los puestos esenciales. Aprovecha que algunas actividades pueden ser cubiertas por proveedores, es decir, personal que trabaja por proyectos en lugar de estar de planta en la empresa.
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Determina un sueldo para ti
Lo ideal para el crecimiento de una empresa es que el emprendedor se vea a sí mismo sólo como un administrador, de esta manera se otorgará un sueldo razonable, en lugar de acabar con todos los recursos de la empresa. Separa tus cuentas personales y las de la empresa.
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Dale a tus productos el valor que merecen
Muchas veces los emprendedores piensan que obtendrán buenos resultados al bajar el precio de sus productos y servicios. Esto es un problema, ya que están “malbaratando” su producto y se corre el riesgo de obtener pérdidas en lugar de ganancias.
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Haz una reserva de efectivo
Destina una cantidad de dinero específica como un fondo de reserva que puedas utilizar en caso de una verdadera emergencia. Los primeros años de tu negocio pueden ser inestables y este fondo puede ser de gran ayuda. Procura que sea el equivalente a tres meses de gastos de producción.